La deficiencia de vitamina D es increíblemente común incluso en un país como el nuestro, del que alardeamos de disfrutar de un sano sol y una buena alimentación, pero muchas personas creen erróneamente que no están en riesgo de padecerla ya que consumen alimentos reforzados con vitamina D (como la leche). Hay muy pocos alimentos que tienen niveles terapéuticos naturales de vitamina D y los alimentos reforzados ni siquiera contienen la cantidad suficiente para cubrir las necesidades del cuerpo.
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